Por Jonathan Sassón
Desde que entramos al teatro confirmamos completamente que estamos en Bodegón, entre mesas y sillas el espacio del público, que hace las veces de platea y de bar, casi se mimetiza con el espacio escénico, el cual se diferencia por la colorida escenografía. Esta mimesis hace que enseguida nos sintamos muy cerca, casi dentro de lo que acontece en escena, como si fuésemos clientes de ese Bodegón, siendo testigos de lo que hacen los personajes asiduos a ese lugar. Se genera una complicidad instantánea tanto entre los actores y el público como entre los espectadores mismos, quienes mientras toman y/o comen algo pueden saborear el plato principal: un suculento espectáculo.
La complicidad mencionada se da también por otros factores, por un lado el tema central que trata la obra es el de los encuentros / desencuentros amorosos, un tema totalmente universal, el que de alguna forma u otra nos toca a todos. Por otra parte el histrionismo de los actores / clowns nos moviliza y atrapa con eficacia.
Si bien deberíamos titularla como una “obra Clown”, podríamos decir que es una comedia de enredos, se enredan las historias, los personajes, sus sentimientos, unos con otros, como un plato de fideos, haciendo que se vaya formando un nudo interesante para que cuando lleguemos al desenlace y veamos el fondo del plato tengamos el paladar agradecido por el deleite.
Se nota el hecho de que sea la tercer temporada, esta todo muy ajustado, el conjunto funciona como un relojito, no hay tiempos muertos. De todos modos, ya de por sí el clown explota el presente dándole vida y color a la escena. En este caso el juego del clown está bien exprimido, aprovechando los artilugios que permite la técnica, transitando los estados emocionales, exagerando, estando constantemente en estado de juego, se da lugar a situaciones cómicas bien logradas y agradables momentos musicales.
Como una gran cocinera la directora Leticia Torres logra combinar muy bien esta ensalada de clowns, que los mismos se encargan de condimentar, aunque a veces se vayan para el lado de los tomates, lo cuál para la ocasión nos cae bien.
Espectáculo ideal para ir con amigos, pareja, cita, etc. Para compartir una picada, un momento y sobre todo compartir un buen espectáculo.
Fuente:
http://www.asalallenaonline.com.ar/teatro/criticas/2657-bodegon.html
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